jueves, 23 de diciembre de 2010

¡FELIZ NAVIDAD!

Ya llegó, ya está aquí... la Navidad. Increíble que haya pasado ya un año. Así que empezamos la decoración hace ya unos cuantos días, y Nelo, cómo, quiso ayudar.

-Nelo, tráeme una bolita para poner en el pino, anda.



-No, esa no, la blanca, que ésa es rosa. Qué formal es.

Nosotros tenemos dos pinos, uno pequeño en la sala, que decoramos nosotros dos, y otro en el hall, más grande, que mi madre ha decorado en azul y amarillo. El pobre pino el otro día se cayó de repente y ha quedado un poco pocho, pero aguanta. El de la sala es en plata y con bolas blancas y manzanas rojas. Muy chic, jeje .

Ponemos alguna cinta de espumillón o alguna estrellita por ahí; un cartel de "zorionak"
(felicidades), unas campanitas, luces en el pino del hall... Bueno, así parecen muchas cosas, pero os aseguro que está bastante discretito todo.

También ponemos el Belén. Pero se juntan las figuras que trajo mi padre cuando estaba soltero, las que trajo mi madre de casa de mis abuelos y las que hemos ido comprando. Hace tres años hice unas figuritas con arcilla blanca y las pinté. Ahora solo ponemos esas, pero todavía guardamos las anteriores.



- Pues a mí me gusta más ésta - dice Nelo - sabe un poco rancia, pero me gustan los sabores fuertes.

¡Ay, Nelo!

Yo le he encargado algo al Olentzero de su parte. En mi casa se celebra Olentzero, que viene de la noche del 24 de Diciembre al 25. El Olentzero se celebra en todo el País Vasco y voy a atreverme, aunque puede que me equivoque, a contaros quién era (por lo que leí en un libro de mitología y leyendas vascas):

 <<hace años los "jentilak" vivían en estas tierras; eran una especie de gigantes. Cuando Jesús nació en Belén, la noticia se extendió y uno de los jentilak, un carbonero llamado Olentzero, se encargó de trasmitir la noticia a las personas de Euskal Herria (País Vasco). Éste nacimiento suponía el fin de la era de los jentilak y el comienzo de la era de los humanos. Por lo que todos los jentilak desaparecieron, pero Olentzero fue indultado por haber dado la noticia.>>

Seguro que en otro sitio leéis que la historia es distinta, pero como es leyenda, ya sabéis, nunca se sabe y según la comarca el mito cambia.

 
Desde aquí Nelo y yo os deseamos una muy feliz Navidad a todos los que nos seguís en el blog. Y ya os contaremos que nos trae el Olentzero. Besos a todos y que lo paséis bien.

domingo, 19 de diciembre de 2010

El tropezón de Nelo

Buenas noches, os voy a contar lo que le pasó a Nelo el otro día en la sala. Más que un tropezón fue una mini-caída. Resulta que tenemos un mueble del Ikea para poner mi impresora en la parte superior; está elevado con unas ruedas y tiene una puertita para dos baldas.

Cuando Nelo se va a su cajita y hay que recoger el heno, el platito con comida, el cestito... y todas esas cosas pequeñas que tiene fuera, las metemos ahí. Él es muy listo, porque las bolsas de la comida también van ahí y se va derecho a la puerta a esperar a que se la abramos.

Que se meta debajo del mueble era algo que todos suponíamos que iba a pasar y le dejamos que se meta un rato, pero no demasiado. A veces se aparta de la vida social y se queda ahí, o cuando se enfada porque le hemos sacado tarde y no quiere saber nada de nadie. Es su escondite, su txoko.

Pero un día nos dejamos la puerta abierta y, tras coger carrerilla por toda la sala dando dos vueltas, se lanzó y de un brinco subió. Ahora ya tiene soltura y se acerca, lo encara y primero las patitas de delante, luego las de atrás sube con la elegancia propia de un felino.

Y todo orgulloso nos mira desde ahí, como si hubiera conquistado la cima del Everest.



¡Pero es un bicho muy trasto...! El otro día, aunque tenía su comida en el platito, quiso más. Le gusta meter medio cuerpo dentro de la bolsa para comérsela. No le dejamos porque no siempre está muy abierta la bolsa y le puede costar salir, o puede faltarle algo de aire, empacharse, se suele ensuciar mucho el morro... Pues se dispuso a cometer su fechoría y le salió mal. En vez de apoyar las patas delanteras en la bandejita de metal, las puso en el cestito que aún no habíamos sacado, y éste se resbaló (no aguantó 1,225kg). Entoces según se precipitaba el cestito, Nelo se volteó en sus patitas traseras y cayó panza arriba.
Ya veis que es muy bajo el mueble, y se fue cayendo poquito a poco, apoyando todo el cuerpo en lugar de dando golpe, pero
¡¡¡SE LLEVÓ UN SUSTOOOOOOOOOO!!! Se quedó quietito y se dejó coger en brazos. Me lo empezó a contar todo y yo le di los mimos que me pedía. Los que tengáis cobayos parlanchines ya sabéis de lo que hablo.

Al día siguiente, lo superó todo. Miró para adentro del armarito y ¡saltito con éxito! La moraleja es que cuando te caes, tienes que levantarte y volver a intentarlo.

Acabo de verlo bostezar y he pensado: ¡qué guapo es Nelo!

martes, 7 de diciembre de 2010

Pesadillas

¡Hola a todos! Os voy a contar algo que nos acaba de pasar ahora mismito.

Nelo estaba en su caja recién hecha, con todo limpito, echándose su siestita de mediodía. Acostadito de lado y dormidito, en frente mío. De repente, se ha despertado y ha empezado a chillar. He pensado, "ah, está contento", pero normalmente grita un poquito y luego para, y esta vez a seguido chillando todo el rato "¡¡iii, iiiii, iiiiii!!".

Seguía recostado y no parecía que le pasara nada malo, pero me he acercado a él y le he empezado a decir:

-Nelo, ¿estás bien?

Pero seguía chillando.

-¿Te pasa algo?

Y seguía iiiiiiiiiiii.

-¿Qué pasa, cariño?

Al final, le he quitado la tapa de la caja y lo he acariciado, para ver si se tranquilizaba algo. Se ha levantado y ha mirado al rededor, somnoliento. Le he tendido la mano por si quería subirse y se ha venido conmigo.

Una vez cogido, ha dejado de chillar. Le he dado una vueltita en brazos por la casa y a continuación me he tumbado con él en el sofá. Se ha acurrucado en mi cuello y tras bostezar, ha cogido posturita para proseguir la siesta de mediodía (que dura como tres horas, durante las que se despierta para comer).

Y se ha dormido.

Como un ángel. Como si no hubiera pasado nada. Nada de nada.

Cuando le han entrado ganas de hacer pis, se ha levantado y me ha pedido que lo metiera en la caja o lo dejara en el suelo, (se arrima al abismo del sofá) pues es muy educado y no le gusta hacer esas cosas encima de la gente.

Lo he metido en la caja y como si nada, ha hecho pipí, ha comido un poco y se ha vuelto a echar para dormir.

Yo me he llevado un susto muy majo. Pensaba que igual le dolía algo y se estaba quejando, o que se encontraba mal. Aunque he visto una mosca pequeñita después por la sala, apuesto que lo que ha pasado es que ha tenido una pesadilla. Por eso miraba alrededor sin encontrar lo que buscaba y ha chillado llamando la atención hasta que lo he cogido en brazos y se ha sentido seguro. Como un bebé.

Nelo es muy inteligente y consigue comunicarse muy bien con nosotros. No es la primera vez que chilla para que lo miremos o le hagamos caso, como un niño cuando llora para que su mamá venga. La mayoría de las veces se planta en frente de donde estoy y se para quieto mirándome, taladrándome con esos ojos negros y profundos, llenos de vida. Quiere jugar, o ir de paseo conmigo.

Lo de esta vez no ha sido porque no lo miraba nadie, ha sido que estaba asustado. Ha soñado algo malo, vete tú a saber el qué. Muchas veces, cuando se duerme sobre mi pecho, le veo las orejas aletear como alas de mariposa, y los ojitos, en fase rem, se mueven rápido y sin rumbo fijo. Eso las veces que duerme con los ojos abiertos, que cuando los cierra es lo más tierno que he visto en la vida, es como el amor personificado en un ser peludito.

Os dejo una foto que he encontrado por ahí, muy graciosa. Creo que todos los que tenemos un conejillo de Indias nos sentimos muy identificados. Hasta pronto y, ya sabéis, ¡cuidad de vuestros cobayos!