miércoles, 25 de mayo de 2011

A los cobayos les gusta que los piropeen


En plan cariñoso, me gusta decirle casi gritando a Nelo:

-¡Guapo! ¡Ay, qué cobayo más bonito!

Y le gusta. A veces hasta se pone a botar, levantando las cuatro patitas y ladeando la cabeza. Yo creo que me contesta:

-¡Qué cosas me dices!

Otras veces, cuando estoy en el suelo con él jugando a hacerle el "túnel" y lo tengo debajo, se arrima ronroneando. Si no le hago caso, me da cabezazos hasta que le acaricio los mofletes. Y le digo casi susurrando:

-¿Quién te quiere a ti? ¿eh? Yo, cariño, yo te quiero mucho.

O:

-¿A quién quiero yo? a ti cariño, a Nelo. Al que más.

Y sigue sigue dejándose acariciar por el lomo hasta el culito, y como eso ya es la retaguardia, bota y se gira para vigilar quién le anda por ahí; él siempre quiere verlo todo.

- Nelo guapo y bueno, muy bueno.

Se lo digo cuando lo tengo debajo y le estoy pelando pipas. Le beso entre las orejas y se deja querer. Es un cielo.

Cuando llegó a casa no podía ni acariciarlo en el suelo, se tenía que acercar él. Pero ahora si no voy a buscarlo, se pone morrudo, porque él tiene unas necesidades de mimos altas. Y es culpa mía en parte, así que asumo mi responsabilidad y le digo cosas bonitas y le hago caricias.

A los cobayos, como a todos los seres vivos del mundo, les gusta que los quieran.

A los cobayos les gusta correr

Ya os hablé del juego "Carreritas", en el que le pido a Nelo que corra a mi lado y me persigue por la sala. Luego le suelo dar una recompensa en forma de comida y unos mimos.

Bueno, he notado un comportamiento extraño, por lo menos curioso, en Nelo. Por las noches sí que suele correr conmigo, pero a veces se muestra un poco reticente; entonces cojo la bolsa de comida y empiezo a correr. En cuanto oye los piensos y las croquetas chocar en la bolsa, sale disparado. Si la bolsa no es Vesele-Laga la verde oscura, la eficiencia de esta técnica disminuye notablemente.

Ahora viene lo raro: Nelo solo corre por la noche. Cuando está fuera en la sala y quiero que corra conmigo no lo hace ni por la mañana ni por la tarde. Y lo hago exactamente igual, diciéndole lo mismo y moviéndole igual la bolsa... pero nada.

Es más, se me queda mirando, como diciendo: "¿pero qué haces Kuskulito? si no es de noche".

Yo creo que piensa que se me va la pinza o algo, porque si vierais los ojos que me pone, me mira casi como con lástima. "Pobrecita, mírala ahí, corriendo con la bolsa de mi comida por la sala...".

C'est très bizarre...

Heno VITAKRAFT


¡Buenos días a todos! Os voy a hablar de otro producto Vitakraft, al parecer esta marca está cada vez más disponible en grandes superficies, como supermercados. Nosotros lo compramos cuando no podemos ir a una tienda de animales y no hay heno Friskies.

Es muy buen heno y tiene muy buen olor. Es verdecito y muy fino, nunca trae palos ni nada que se pueda clavar al manipularlo con la mano.

Es más cantidad de la que parece a simple vista viendo el paquete, pero cuesta 2,60 € y viene muy prensado. Es un paquete muy pequeñito y hay que sacar el heno estirando. Para dejárselo como alimento está muy bien, pero para ponérselo de lecho se queda muy aplastadito, y a Nelo le gusta mullido (es que no es tonto ).

Os lo recomiendo, por su precio y forma de envasado, para alimento porque es un heno de buena calidad. En cambio, no es de mis preferidos para usarlo como lecho. ¡Mimad a vuestros cobayos!

P.D.: segunda entrevista de trabajo que he hecho; el otro trabajo era más adecuado para mis estudios y este es un poco más genérico, pero es un buen trabajo por lo que parece. La hice el lunes y ayer Nelo decidió hacerme pis y un buen montón de cacas, pero en brazos (por suerte no llegó al sofá) y me pringó , puede que esta vez funcione, os mantendré informados. ¡Hasta pronto!

miércoles, 18 de mayo de 2011

A los cobayos les gusta que les lean


Este libro me puede. Lo empecé leyendo con muchas ganas, era gracioso pero profundo, con ideas políticas y filosóficas sobre las personas y las clases sociales. Mi madre me lo regaló por Reyes, pero he llegado a la mitad y cada capítulo me pesa más.

-Kuskulito, si quieres puedes leérmelo a mí.

Gracias Nelo. Después de cenar (Nelo se mete a su caja y empieza a cenar cuando me ve cenar a mí) suelo coger el libro y empiezo a leer en voz alta. Me anima a seguir leyendo a distraerme menos. La novela es La elegancia del erizo, de Muriel Barbery.

Está compuesto por capítulos muy cortos que cuenta en su mayoría una portera parisina, y entre ellos aparecen otros minicapítulos de una niña rica del edificio en el que trabaja. El libro ha conseguido muchas ventas y premios... pero para mí es pesado a más no poder. Una y otra vez se repiten las mismas ideas, los mismos personajes, no se avanza ni en acciones ni en desarrollo de ideas... Frases demasiado largas con tres subordinadas alcanzando 10 líneas sin un mísero punto. Prefiero achacarle la lectura pesada a quien tradujo el libro; el español no aguanta tantas sub-ideas unas dentro de otras.

La elegancia del erizo es pesada y lenta. En medio libro he encontrado muchas frases bonitas pero poco aporte, personajes inverosímiles y repetitivos en sus narraciones. Pocas ideas, muchos adjetivos.

Mi opinión se ve reforzada por Nelo, él también piensa lo mismo. Me pongo a leer el libro y por la segunda página miro a mi cobayo: está tumbado en su caja en la esquina más cercana al sofá en el que estoy. Tiene los ojos somnolientos y va cogiendo posturita. Sigo leyendo y a los cinco minutos lo miro: está roque, completamente dormido. Y eso que yo se lo leo con mucha entonación, pero Nelo también es un alma aventurera y le parece muy poca acción y demasiada palabrería.


Cuando dejo de leer, Nelo se despierta de repente. Se me queda mirando fijamente como diciendo:

-¿Por qué has dejado de leer? Yo ya estaba soñando...

Y así es como gracias a Nelo he conseguido llegar a la página 170. A veces pienso en rendirme y dejarlo ahí, pero es un regalo y prefiero terminarlo.

A los cobayos les gusta que les habléis y también que les leáis. Sobre todo si es después de la cena y le ayuda a echarse un sueñecito...

¡Cuidad de vuestros cobayos!

domingo, 8 de mayo de 2011

Si un cobayo te mea, da suerte

O al menos ésa es la creencia popular de mi casa. Si tienes a un cobayo cogido en brazos y te mea, te está dando buena suerte.

Creo que se lo inventó mi madre cuando yo iba al instituto porque vio que así daba solución a dos problemas:
  1. No me enfadaba con el cobayo por haberme meado, ya que el cobayo no lo hacía adrede, sino porque había estado ya un rato en brazos, le entraban ganas de hacer pis, se apartada a una esquina poniendo el culo contra el sofá, meaba y luego volvía al cuello a lugar seco a seguir tirado a gusto.
  2. En la víspera del examen me autoconvencía de que saldría bien porque el cobayo me había deseado suerte.

Y hasta día de hoy. Además, era cierto: no suspendí ningún examen. El único año que suspendí exámenes fue un año en que se nos murió uno (Bartolito) y tardamos un tiempo en traer a otro a casa (Monk).

Así que yo os recomiendo que si os mea vuestro conejillo de Indias, penséis que es una
forma cariñosa suya de desearos buena suerte. No sé si os funcionará, pero espero que sí. Lo importante es que sea él quien vaya a mearos (si os rebozáis en pis pues eso no da suerte, eso es una guarrada ). Estoy esperando una llamada de trabajo y Nelo ha venido directo a mearme en el suelo cuando estaba jugando con él. ¿Será que me desea buena suerte? Os contaré su eficacia en el ámbito laboral próximamente, mientras tanto, prestad atención, a ver si os pasa.

¡Saludos!


ACTUALIZACIÓN

El pis de cobayo no da suerte en el ámbito laboral, o por lo menos el de Nelo. A la semana de la entrevista de trabajo me llamaron para decirme que "habían cogido a otra persona".
Así que sigo siendo una más de esos 4,9 MILLONES DE PARADOS que somos en España.

sábado, 7 de mayo de 2011

Gracias por leer el blog

Bueno, parece que le está costando arrancar a este blog, el de blogspot tiene muchas más visitas y aún no he entendido muy bien por qué. Lo cierto es que los países desde los que nos leéis son distintos, supongo que el google de cada país ordena las cosas de distinta manera. Pero ya va el blog, y como se han leído más de 500 páginas, os hago un recuento:
TOTAL DE PÁGINAS VISTAS: 586
Listado de países de los que nos han visitado (creo que he apuntado todos), están ordenados de mayor número de visitas a menor número.
  1. España
  2. Mexico
  3. Estados Unidos
  4. Países Bajos
  5. Francia
  6. Chile
  7. Alemania
  8. Eslovenia
  9. Colombia
  10. Venezuela
  11. Argentina
  12. Rusia
¡GRACIAS A TODOS!

Espero que hagáis comentario de vez en cuando, ya que se agradece el feedback. Un saludo y ¡cuidad de vuestros cobayos!

A los cobayos les gusta el viento

Quien tenga cobayos ya lo sabe: si abres la ventana y entra una cálida brisa los cobayos son felices. Levantan el hocico y mueven la nariz a lo "Embrujada"; extienden los bigotes y se giran a mirar de frente al viento.

Ésta es la cara de Nelo, para que os hagáis una idea:

Cuando abro la ventana en la sala estos días de viento sur, Nelo se acerca poco a poco y más estirado que de costubre, con la cabeza levantada. Por supuesto, siempre lo vigilo, nunca le dejo con la ventana abierta si no estoy yo, ya que podría colarse por la barandilla.

Cuando a llegado a cierta distancia del origen de su inquietud, se para.

- Cui cui cui cui cui cui....

No para de hablar. Una vez se puso tan feliz que empezó a gritar, con ese chillido agudo que hacen los conejillos de Indias.

-Iiiii iiii iiii (no es así, pero es muy difícil describirlo)

Lo cierto es que no sé por qué les gusta tanto el viento cálido. Es muy agradable para todos, pero ellos lo disfrutan mucho. No solo Nelo, lo tengo comprobado con otros cobayos también. Puede que sea porque al estar dentro de casa casi no sienten el viento y algo salvaje que queda dentro de ellos después de siglos como animales de compañía le recuerda lo que fueron y de dónde vienen.

Si un día notáis viento suave y cálido podéis hacer la prueba (después del baño no, que estará mojado y con viento frío tampoco) y ya me contaréis. Cuidado también con la ventana, un día dejé a Nelo a ver si se acercaba o no, y cuando puso las patitas de delante en la barandilla lo retiré y le cerré la ventana.

Espero que lo paséis bien y que me contéis a ver si a vuestros cobayos también les pasa. O si sabéis por qué les pone tan contentos. Hasta la próxima y cuidad de vuestros cobayos.

P.D.: voy a preparar nueva casa de Nelo. La que tiene está en perfectas condiciones pero me apetece, le dejaré las dos. Cuando tenga planos y materiales, ya os lo pondré en el blog.