viernes, 4 de febrero de 2011

Regalos de Navidad

Ya queda un poco lejos, pero os voy a contar lo que le encargué al Olentzero para Nelo. Le pedí un heno y una comida nuevos. Y el 25 de diciembre en el pino apareció un paquete con una tarjetita para él:

El heno Versele Laga tuvo el éxito esperado. Le gustó y no olía a humedad, pero tenía dentro algunos
palitos, muy duros; cuando lo desmenucé para echarlo en su caja, me pinché con uno de ellos en el dedo y me hice sangre .

La comida era también de Versele Laga, pero no era la que le suelo cojer, sino una nueva que tenía unas tiras de comida comprida, como risketos pero en pequeñito y en duro. Ponía que era muy buena para dientes, para el pelo, con vitaminas y fibras... la verdad que parecía más sana y menos divertida y variada que la que le suelo coger. Bueno, Nelo no se ha comido ni una. Se las mezclo con las normales, se las he cortado... pues nada, él las separa con el hocico y las deja de lado. No me lo ha hecho con ninguna otra comida de forma tan exagerada, éxito nulo. Y era más cara que la que le suelo coger, pero ya sé que no le gusta para nada y cuando se acabe la bolsa no se vuelve a coger.

Aquí veis como Nelo disfrutaba de sus regalos (antes de saber que sólo le gustaba la mitad).

El Olentzero a mí me trajo un Nintendo DSXL roja de la edición 25 aniversario de Mario, por si os lo preguntáis. Y a vosotros y vuestros cobayas, ¿que os trajeron?

¡¡Trabajo entregado!!

¡¡Hola a todos, dueños y cobayos!!

Estoy muy feliz de deciros que ayer entregué ese trabajo tan importante del que os había hablado, motivo por el cual dejé de escribir en el blog. Parece que todo fue bien y que, al final, quedó a mi gusto. Lo acabé prácticamente dos días antes, pero los usé para pequeñas cositas que tenía que arreglar.

Nelo estaba muy enfadado cuando llegué a casa ayer. Me fui a las 7 de la mañana y no volví hasta las 8 de la tarde, así que no quería saber nada de mí. ¡¡Hasta me quiso morder!! Luego se suele arrepentir y me lame, pero ayer no, estaba muy muy indignado. Y eso que le saludé el primero al llegar a casa. Tras insistir varias veces, se metió en su cestito; está lleno de heno y, si bien lo usa de wc, también se mete ahí para que lo coja en brazos y me tumbe con él en el sofá.

Y estuvo dormidito conmigo, mimoso como se pone él. Le expliqué que el día de ayer era especial y que mis obligaciones eran ineludibles y, al final, lo entendió, aunque dijo: "que no vuelva a pasar".

No os penséis que estuvo todo el día solo, que mi madre sólo salió de casa una hora, lo demás estuvo atendiéndolo. Pero no pudo jugar conmigo...

Intentaré ponerme al día, y comentar cosas que no he podido este tiempo. ¡¡Un beso y gracias a los que me leéis!! Cuidad de vuestros cobayos.