viernes, 2 de septiembre de 2011

El cobayo que va de susto en susto


¡¡Menuda racha lleva Nelo!! Desde que se recuperó de su patita y ya no cojea lo quiere hacer todo y no para. Aunque hay cosas que no le dejamos hacer, él se nos revela.

El otro día se salió solo de la caja (desde que estuvo cojo no le dejamos) en lugar de esperar a que lo tapáramos y se fue de fiesta hasta las 23:30 por la sala.

Últimamente se sale de la sala y se va a las habitaciones, el hall y la cocina. ¡Y cómo corre! Juega con todo, se mete por todos los lados, nos busca para jugar... está hecho un chaval.



Pero ahora mismo, se ha pasado de trasto y menudo susto que se ha llevado. ¿Recordáis que os hablé de un mueble metálico blanco con ruedas? En el espacio que queda debajo le gusta meterse; el problema es que ha crecido mucho y no entra muy bien, así que mi madre le mete una manta doblada para que no pueda entrar.

O eso esperaba ella...

Estábamos mi madre y yo viendo Pretty Little Liars y Nelo estaba en el suelo. Cuando mi madre lo ha mirado, estaba comiendo. Hasta ahí todo bien. Y en cuanto se acaba en capítulo, oímos ruido como de arañar el suelo. Mi madre, que estaba al lado del mueble de la impresora, ha mirado y ha visto medio cobayo sobre la manta dentro y medio cobayo fuera sin tocar casi el suelo.

Rápidamente lo hemos ido a rescatar. Como estaba atascado y el mueble pesa demasiado para levantarlo, mi madre lo ha agarrado bien y ha tirado.

Nelo tenía los ojos muy abiertos, las orejas levantadas y el corazón a cien por hora. Menudo susto se ha llevado, y encima estaba diciendo/gruñendo cosas.

Mi madre lo ha subido al sofá y se me ha lanzado literalmente (prometo que no exagero, ha cogido impulso con las patitas y se ha tirado) al cuello, a esconderse detrás de mi pelo. Lo he abrazado fuerte fuerte y nos hemos tumbado un rato para tranquilizarnos.

Para que saliera de ese estado (veo al encantador de perros César Millán, y seguro que muchas cosas sirven para todas las mascotas) le he hablado, he intentado jugar con él y en cuanto le he ofrecido comida, ya ha vuelto a ser Nelo otra vez. Se ha querido ir al suelo y ahí está, pero todavía asustado.

A los cobayos que trastean les pasan estas cosas. Menos mal que estábamos ahí, porque parecía Winnie Pooh: no iba ni para adentro ni para fuera.

Espero que no siga haciendo temeridades y se empiece a portar bien (txintxo-txintxo, se dice en euskara). Con lo cabezón que es, me temo que lo mejor será seguir buscando un sistema para que no entre debajo del mueble.

¡Cuidad de vuestros cobayos, que son unos gamberros!

1 comentario:

  1. Pero Nelo!! si sabes que no tienes que entrar ahí se puede saber por que sigues? menos mal que no te ha pasado nada malo, pobre, habrás pasado un rato pésimo. Bueno como parece que tu dueña no tiene mucha confianza en que dejes de intentarlo a ver si encuentra un modo de impedir que entres. Trasto más que trasto!! Cuídate.

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