jueves, 26 de abril de 2012

Cobaya mala de la tripa - Nelo estuvo enfermo

Ay... casi se me va el mes de abril sin escribir post nuevo, ¡qué vergüenza! Ahora que he buscado algo de tiempo, aprovecho y os pongo al día.

Hace dos fines de semana tuvimos a Nelo enfermo. Empezó el viernes a la tarde-noche, pero lo cierto es que no nos dimos cuenta hasta el sábado. Volví de mi clase de pintura y lo cogí como siempre, pero no se tumbó, se quedó como sentado. Empecé a acariciarlo y me di cuenta de que había una zona que al tocarla se quejaba. Como estaba encogido en lugar de estirado, pensé que era la pierna, como por el muslo, así que no le dejamos saltar solo para salir/entrar de la caja. No sería la primera vez que Nelo se lastima de esa forma, pero le divierte mucho hacerlo y se enfada si no le dejamos alguna vez al día a él solo.

El sábado a la mañana, cuando fui a verlo, casi no había comido y no tenía cacas en el suelo de su caja. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que no era la patita lo que tenía mal, sino la tripita.

Nos pasamos todo el fin de semana pendientes de él, insistiéndole en que comiera, colmándolo con sus manjares favoritos para verlo alimentarse, analizando cada pis y cada caca (si esto os parece asqueroso es que no habéis tenido un cobayo en esa situación, pero no sabéis la alegría que da ver una caca normal después de que ha estado malo).

Todo apuntaba aque algo le había sentado mal, pero ¿qué? Lo que más comió, incluso estando malo, fue heno. Esto es muy normal y también aconsejable, porque es natural, tiene fibra y es fácil de digerir. Y se le veía arrimarse a la comida, pero se mostraba reacio a probarla, como si tuviera hambre pero le diera miedo que le fuera a sentar mal.

Es extraño decirlo, pero estoy convencida de que, en cuanto supo que nosotros sabíamos que estaba malo de la tripa, Nelo se calmó. Es una teoría que llevo tiempo sosteniendo, desde que vi que cuando se le rompen los dientes no para de bostezar ante mi cara cuando lo tengo en brazos. En este caso, cuando le puse la mano para darle calor en la tripa, se relajaba.

Fue un susto gordo, porque Nelo tiene más de dos años y medio; sé que dicen en los libros que viven seis años incluso, pero en mi zona no es habitual. Cuando tuvimos enfermo a Mon, un cobayo negro precioso al que mi madre adoraba, la veterinaria nos dijo que, si ya tenía dos años, estaba mayor y nos insinuó que no le iba a quedar mucho. De hecho, la cobaya más longeva que hemos tenido no llegó a los tres años por un mes. Así que yo ya me estaba preparando para lo peor... pero hubo suerte y empezó a comer más, sobre todo manzana; luego su comida de croquetas. El domingo ya hacía cacas bastante bien y comía casi de todo.

Cada vez que se sentía mejor, comía normal y, claro, luego venían los aires y los retortijones. Así que lo cogíamos, lo tapábamos con la manta y le dábamos calor en la tripa. Incluso le dimos manzanilla con anises: yo me hice una infusión de las que vienen en una bolsa de papel y, cuando estaba fría, él se comió la bolsa. Parece que le sentó bien y empezó a quejarse menos.

Aún siguió sin estar bien del todo hasta el martes o el miércoles, pero me alegra deciros que Nelo está en perfecto estado de salud ahora y esperemos que siga así. Me alegré tanto que el fin de semana siguiente le llevé un ramo de flores a una Virgen de una ermita de por aquí.

Suponemos que lo que le hizo daño fueron las acelgas, ya que hasta hace bien poco no las ha querido volver a probar. Os pongo una foto para que veáis que ya se le ha pasado:



- ¡Nelo, no comas tan deprisa que te va a volver a hacer daño en la tripita!

- ...cras, cras, cras...

- ¡Nelo!


- ¡Ah! ¿A mí me dices?

- Sí, que no comas con tanta ansia.

- Bueno... vale...

Me da pena que por aquí no vendan comida para cobayas senior, porque sé que existen, pero en las tiendas no lo encuentro. Tienen más fibra y son más fáciles de digerir. De momento, nos seguiremos apañando.

¡Un abrazo a todos y cuidad de vuestros cobayos!

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