miércoles, 15 de septiembre de 2010

Túnel

Este juego lo solemos hacer Nelo y yo durante el día y a la noche, después de correr. Básicamente me pongo a cuatro patas, con las rodillas clavadas en el suelo y apoyada en las manos o antebrazos; es un poco molesto, al final me duele la cabeza de mirar para abajo, por eso a veces no apoyo las manos y simplemente estoy sobre mis rodillas.

El cobayo tiene que poder pasar entre el espacio que se nos queda entre las rodillas, pero no hace falta que estén muy separadas. A la noche, como yo ya tengo el pijama y la bata puestos, la bata cuelga y parecen las sayas de una mesa, creando un espacio bastante oscuro.

Miro a Nelo y con las manos le digo que se acerque. Viene haciendo sus ruiditos de agua y pasa entre mis antebrazos o manos. La bata le roza en la carita y le hace mucha gracia, la busca. Luego sigue avanzando y sale empujando la batita por entre mis pies.

No es fácil explicarlo, pero espero que lo hayáis entendido. Para él el túnel lo formo yo estando a cuatro patas y entra por un lado y sale por el otro. En ocasiones se sienta dentro y a mí me empieza a doler la espalda, pero qué se le va a hacer... A Nelo le gusta dar con la nariz en la cruz que llevo de colgante y juega con ella. Otras veces, junta su nariz con la mía. Si hay suerte me deja que le dé un besito entre las orejas, pero es un poco asustadizo y eso de que por arriba le vengan a él no le va. Aquí tenéis una foto que le saqué, se le ve a él entre las rodillas (tuve que girar la foto).


Os aviso: si vuestro conejillo de Indias no tiene espacio suficiente pasa pasar, es posible que os empuje con su morro, dándo cabezazos o incluso pataditas.

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