Este juego lo solemos hacer Nelo y yo durante el día y a la noche, después de correr. Básicamente me pongo a cuatro patas, con las rodillas clavadas en el suelo y apoyada en las manos o antebrazos; es un poco molesto, al final me duele la cabeza de mirar para abajo, por eso a veces no apoyo las manos y simplemente estoy sobre mis rodillas.
El cobayo tiene que poder pasar entre el espacio que se nos queda entre las rodillas, pero no hace falta que estén muy separadas. A la noche, como yo ya tengo el pijama y la bata puestos, la bata cuelga y parecen las sayas de una mesa, creando un espacio bastante oscuro.
Miro a Nelo y con las manos le digo que se acerque. Viene haciendo sus ruiditos de agua y pasa entre mis antebrazos o manos. La bata le roza en la carita y le hace mucha gracia, la busca. Luego sigue avanzando y sale empujando la batita por entre mis pies.
No es fácil explicarlo, pero espero que lo hayáis entendido. Para él el túnel lo formo yo estando a cuatro patas y entra por un lado y sale por el otro. En ocasiones se sienta dentro y a mí me empieza a doler la espalda, pero qué se le va a hacer... A Nelo le gusta dar con la nariz en la cruz que llevo de colgante y juega con ella. Otras veces, junta su nariz con la mía. Si hay suerte me deja que le dé un besito entre las orejas, pero es un poco asustadizo y eso de que por arriba le vengan a él no le va. Aquí tenéis una foto que le saqué, se le ve a él entre las rodillas (tuve que girar la foto).
El cobayo tiene que poder pasar entre el espacio que se nos queda entre las rodillas, pero no hace falta que estén muy separadas. A la noche, como yo ya tengo el pijama y la bata puestos, la bata cuelga y parecen las sayas de una mesa, creando un espacio bastante oscuro.
Miro a Nelo y con las manos le digo que se acerque. Viene haciendo sus ruiditos de agua y pasa entre mis antebrazos o manos. La bata le roza en la carita y le hace mucha gracia, la busca. Luego sigue avanzando y sale empujando la batita por entre mis pies.
No es fácil explicarlo, pero espero que lo hayáis entendido. Para él el túnel lo formo yo estando a cuatro patas y entra por un lado y sale por el otro. En ocasiones se sienta dentro y a mí me empieza a doler la espalda, pero qué se le va a hacer... A Nelo le gusta dar con la nariz en la cruz que llevo de colgante y juega con ella. Otras veces, junta su nariz con la mía. Si hay suerte me deja que le dé un besito entre las orejas, pero es un poco asustadizo y eso de que por arriba le vengan a él no le va. Aquí tenéis una foto que le saqué, se le ve a él entre las rodillas (tuve que girar la foto).
Os aviso: si vuestro conejillo de Indias no tiene espacio suficiente pasa pasar, es posible que os empuje con su morro, dándo cabezazos o incluso pataditas.
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